EUROPA
PRESS
23 febrero
2021
Sustancias
presentes en pintalabios, cremas o tintes pueden aumentar el riesgo de padecer
endometriosis
El uso de algunos productos cosméticos
y de cuidado personal, como mascarillas para la cara, pintalabios, cremas
faciales, pintauñas, tintes, cremas, laca y espuma para el cabello, podría
estar relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar endometriosis,
debido a la presencia de sustancias químicas que son capaces de imitar o
bloquear la acción de hormonas (conocidos como disruptores endocrinos).
Así se ha evidenciado en un estudio realizado por
investigadores de la Universidad de Granada y del Hospital Universitario
Clínico San Cecilio de Granada, publicado en la revista 'Environmental
Research', y que se enmarca en un proyecto de
investigación denominado 'EndEA'.
La endometriosis es una enfermedad ginecológica muy
frecuente, y se estima que una de cada 10 mujeres en edad reproductiva podría
padecerla. Se trata de un crecimiento anómalo de tejido endometrial (que en
situaciones normales recubre el interior del útero) en distintas regiones del
abdomen y la pelvis, provocando un amplio abanico de síntomas tales como
intenso dolor crónico en la región pélvica, problemas intestinales e
infertilidad, disminuyendo notablemente la calidad de vida de estas mujeres.
A esto se le suma la dificultad para ser diagnosticada (se
requiere una intervención quirúrgica para confirmar definitivamente la
enfermedad), ocasionando en muchos casos un importante retraso en el
diagnóstico (estimado en unos 10 años de media desde la aparición de los
síntomas). Además, la falta de un tratamiento definitivo que cure esta
enfermedad la convierte en una enfermedad crónica y ciertamente incapacitante
en algunos casos.
"A pesar de que no se conocen con exactitud las causas
de su aparición, se sospecha que puedan ser diversas, entre ellas causas
genéticas, epigenéticas y ambientales, donde las hormonas parecen jugar un
papel clave", han detallado los responsables de este proyecto, la
ginecóloga del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, Olga Ocón, y el
profesor de la Universidad de Granada, Francisco Artacho.
En este sentido, la presencia de sustancias químicas que son
capaces de imitar o bloquear la acción de hormonas (conocidos como disruptores
endocrinos), presentes en numerosos productos de consumo diario, podrían estar
contribuyendo al incremento de los casos diagnosticados que se están detectando
en los últimos años, tal y como se ha demostrado para otras patologías como el
cáncer de mama, la obesidad o la diabetes.
Entre estos disruptores endocrinos se encuentran los
parabenos y las benzofenonas, ampliamente usados en la industria de la
cosmética y de los productos de cuidado personal y que forman parte del exposoma, nombre que se ha dado al conjunto de factores
ambientales no genéticos que contribuyen al riesgo de enfermar.
Por ello, dentro del
proyecto de investigación 'EndEA', financiado por el
Instituto de Salud Carlos III y la Cátedra de Investigación Antonio
Chamorro-Alejandro Otero, se ha tratado de estudiar el papel que pueden jugar
estos disruptores endocrinos en el desarrollo de la endometriosis.
En concreto, los investigadores han cuantificado los niveles
internos de parabenos y benzofenonas en un total de 124 mujeres (con y sin
endometriosis), procedentes de los hospitales públicos de Granada, además de
recoger información detallada sobre la utilización de cosméticos y productos de
cuidado personal de cada una de ellas.
Los resultados obtenidos han mostrado una clara asociación
entre un mayor uso de diversos tipos de cosméticos (mascarillas, pintalabios,
cremas faciales, pedicura, tintes, cremas, laca y espuma para el cabello) y
mayores niveles internos de parabenos y benzofenonas. "Además, observamos
que los niveles internos de algunos de estos disruptores endocrinos estaban
relacionados con el riesgo de padecer endometriosis", han dicho Ocón y
Artacho.